Otro
puto día más que pasa, joder.
Todo
son fracasos y más fracasos, uno seguido del otro. Estoy pensando en que soy
una idiota, en todo el sentido de la palabra. Soy una distraída, una perezosa,
una boba pendeja que no sabe lo que quiere, ni hacia dónde ir.
Otra
vez.
He
metido la pata, he cagado más la situación, sigo mintiendo y me siento tan
jodidamente sola y perdida y deprimida y nostálgica. Tal vez necesite ayuda
profesional pero no quiero que un tonto de turno pretenda escucharme y que me
diga todo irá bien cuando yo sé que no es cierto. Estoy muy dañada. Ya no sé lo
que se siente ser feliz por alguna estupidez, no sé si alguna vez lo sentí.
Dios,
o como sea que te llames, no entiendo qué es lo que pretendes tirándome tanta
basura. No sé qué es lo que tengo que aprender, no sé cuál es tu intención. Puta madre. Me odio, me odio
profundamente. ¿Es eso lo que quieres que admita? ¿Quieres que dé el primer
paso para sanarme? Pues échame una mano aquí, me estoy quedando sin fuerzas
para soportar mis propios pensamientos.
Yo
solo quiero alguien que me escuche, quiero que toda esta mierda que me rodea
desaparezca, quiero ser feliz, ¿es eso tan
difícil de conseguir?
Estoy
harta de todo. No quiero sentirme más como lo hago, joder, no quiero. ¿Cuándo me
van a llegar las cosas buenas? Porque estoy cansada de palear la mierda lejos
de mí.
Joder,
quiero chocolate para alejar a estos malditos dementores.