Poesía barata y pensamientos al azar

Foto de Allison Oliphant


La tierra cruje bajo el peso de mis pasos. El aire, denso y frío, raspa las paredes de mi pecho con cada inhalación, inundando mi visión con el vaho de cada exhalación. Las lucecitas rompen la monotonía de la oscuridad, como gotas de pintura amarillosa dejadas caer descuidadamente en un fondo oscuro lleno de sombras. Mis manos se mueven intentando agarrarlas pero se pierden, danzando lejos de mí. El murmullo de los grillos se aplaca con el ladrido de un perro, de dos, tres, cuatro, una manada desconocida entre sí que armoniza en el silencio que sólo puede producirse lejos del susurro constante de la ciudad.

Las lucecitas siguen alejándose, acercándose, posándose en mi piel y haciéndome cosquillas, atrapadas en una danza que parece eterna pero que siempre termina, los primeros rayos del sol marcando su muerte, el fin de un viaje corto pero trascendente.