-¿Sabe qué?
-¿Qué?
-Deje de hablar tanta mierda, hermano.
-Pero si yo no he dicho nada.
-Pero lo pensó, ¿o no?
-Bueno, yo...
-Halá, te pillé.
-¡Qué yo no he dicho nada!
-No me mienta, cabrón.
-Andáte a la mierda.
-No, andáte vos.
-¿Sabe qué, güevón?
-¿Qué?
-Andáte a chuparle un codo a un elefante morado y no me joda la puta vida. Faltaba más.
-Oiga, pero yo sólo decía.
-No diga nada más, hermano, que la está cagando.
-Tan sensible la nenaza.
-Capullito, no me mariquiés que luego no respondo.
-Sí ve, usted habla mucha mierda y luego no dice nada.
Silencio.
-Imbécil.