Hey, bebé.
Te escribo porque hay un par de cositas—o cosotas—que quiero decirte y no hay mejor tiempo como el presente.
Hace un par de meses me dijiste que éramos una sola alma dividida en dos cuerpos y coño, tenías razón. No somos iguales, cariño, pero nos complementamos; sabes que no soy una persona capaz de compartir sus sentimientos y escondo mis verdaderas emociones detrás de toneladas de sarcasmos y sonrisas falsas pero con vos pienso que puedo ser sincera.
No me presionas para hablar y sin embargo, con una sola mirada tuya me tenés temblando, me dan ganas de hablar de todo y nada, de decirte lo que va bien y lo que va mal. Y eso me asusta.
Tenés el poder de acabar conmigo, de mandarme a la mierda, de arruinar la poca autoestima que me queda, en serio.
Si soy sincera, antes me gustabas de gustar-gustar, me preguntaba que se sentiría besarte o tocarte de forma sexual, fue así por un tiempo. Luego, me di cuenta que para tener una conexión emocional con alguien no necesitas tener relacionar la sexualidad; aprendí que te amo, que lo hago de una manera diferente a como un hombre ama a una mujer (o a otro hombre, que casos se han visto) pero también es diferente de amar a un hermano o a un padre e incluso a un amigo, y de eso se trata, esto es una amistad pero va mas allá de ella.
A veces me asusto de esto que siento porque es diferente a todo lo que he sentido antes. No lo entiendo y eso es lo que me asusta. Las personas suelen temerle a las cosas que no entienden, entonces las desprecian, las escupen y las miran por encima del hombro y esas cosas.
Pero yo elijo abrazarte, elijo quererte y sentirme confundida, elijo no saber lo que ocurre entre las dos porque, honestamente, sentirme así es una de las mejores cosas que me han pasado, que me siguen pasando.
Te amo y espero que eso nunca deje de ser cierto.
A veces me asusto de esto que siento porque es diferente a todo lo que he sentido antes. No lo entiendo y eso es lo que me asusta. Las personas suelen temerle a las cosas que no entienden, entonces las desprecian, las escupen y las miran por encima del hombro y esas cosas.
Pero yo elijo abrazarte, elijo quererte y sentirme confundida, elijo no saber lo que ocurre entre las dos porque, honestamente, sentirme así es una de las mejores cosas que me han pasado, que me siguen pasando.
Te amo y espero que eso nunca deje de ser cierto.
